Negocio ecológico
La maquinaria Saalasti está diseñada para el procesamiento continuo de biomasa para la producción de bioenergía sostenible en todo el mundo.
El negocio de Saalasti es ecológico por naturaleza
Muchas empresas hablan de valores ecológicos, pero las operaciones de Saalasti son ecológicas de principio a fin. Toda la energía eléctrica y térmica que se genera con los productos de Saalasti procede de fuentes de energías renovables.
Nuestras máquinas producen tanta energía de forma sostenible como 18 centrales eléctricas de carbón de tamaño medio (500 MW). Además, la maquinaria Saalasti permite realizar cambios beneficiosos para el medio ambiente, como la sustitución de la turba en los sustratos de cultivo por alternativas renovables.
La maquinaria ecológica de Saalasti se utiliza para generar aproximadamente la misma cantidad de energía que 18 centrales eléctricas de carbón de tamaño medio (500 MW).
Soluciones eficaces para un mundo más limpio
Saalasti contribuye a la acción contra el cambio climático mediante herramientas eficaces y económicas para propiciar un futuro mejor. Toda la maquinaria de Saalasti está diseñada para promover la economía circular y prácticas más respetuosas con el medio ambiente, como el uso de sustratos de cultivo sostenibles.
Saalasti contribuye a la acción contra el cambio climático.
Todas las máquinas Saalasti tienen una vida útil larga y ecológica.
Nuestros experimentados profesionales de mantenimiento se encargan de mantener nuestra maquinaria Saalasti en perfecto estado de funcionamiento para garantizar su longevidad. Además, siempre ofrecemos asesoramiento experto sobre el uso ecológico de nuestras máquinas.
Muchas máquinas Saalasti están en uso desde la década de 1980 y siguen funcionando.
Y cuando las máquinas de Saalasti llegan al final de su vida útil, en lugar de acabar en el depósito de chatarra, tratamos de volver a comprarlas a nuestros clientes. En resumen, ayudamos al medio ambiente al garantizar un ciclo de vida largo y sostenible para todas nuestras máquinas.
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